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Respetemos la vida y la sangre

1. Jehová es la Fuente de la vida. Todo ser vivo debe su vida a Dios. (Salmo 36:9.) La vida es sagrada para Dios. Hasta la vida de una criatura no nacida que está en el vientre de su madre es de gran valor para Jehová. A los ojos de Dios, es incorrecto matar adrede a esa criatura que está formándose. (Éxodo 21:22, 23; Salmo 127:3.)

2. Los cristianos verdaderos se preocupan por la seguridad. Procuran que sus automóviles y viviendas no ofrezcan peligros. (Deuteronomio 22:8.) Los siervos de Dios no arriesgan innecesariamente la vida solo por placer o emoción. Por eso no practican deportes violentos en los que deliberadamente se lastima a otras personas. Evitan cualquier esparcimiento que fomente la violencia. (Salmo 11:5; Juan 13:35.)

3. El Creador también considera sagrada la vida animal. El cristiano puede matar animales para comer, vestirse o protegerse de enfermedades y peligros. (Génesis 3:21; 9:3; Éxodo 21:28.) Pero es impropio maltratar animales o matarlos solo por deporte o placer. (Proverbios 12:10.)

4. Fumar, mascar nuez de areca o de betel y tomar drogas por placer no es propio de cristianos. Estas prácticas son impropias porque 1) esclavizan a la persona, 2) perjudican su organismo y 3) son inmundas. (Romanos 6:19; 12:1; 2 Corintios 7:1.) Abandonar esos hábitos puede ser muy difícil, pero si queremos agradar a Jehová tenemos que hacerlo.

5. La sangre también es sagrada a los ojos de Dios. Él dice que el alma, es decir, la vida, está en la sangre. Por eso comer sangre es incorrecto. También lo es comer la carne de un animal que no haya sido desangrado debidamente. Si un animal ha sido estrangulado o ha muerto en una trampa, no debe comerse. Si se le ha dado muerte con una lanza o de un disparo, hay que desangrarlo enseguida para poder comerlo. (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:13, 14; Hechos 15:28, 29.)

6. ¿Está mal aceptar una transfusión de sangre? Recuerde que Jehová exige que nos abstengamos de ella. Esto significa que no debemos introducir en nuestro cuerpo, por ninguna vía, la sangre de otra persona, ni siquiera la nuestra propia si ha sido almacenada. (Hechos 21:25.) De modo que los cristianos verdaderos no aceptan transfusiones de sangre. Pero sí aceptan otros tipos de tratamiento médico, como las transfusiones de sustancias no sanguíneas. Quieren vivir, pero no tratarán de salvar su vida violando las leyes de Dios. (Mateo 16:25.)

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