Su decisión de servir a Dios
1. Para ser amigo de Dios, tiene que adquirir un buen conocimiento de la verdad bíblica (1 Timoteo 2:3, 4), poner fe en las cosas que ha aprendido (Hebreos 11:6), arrepentirse de sus pecados (Hechos 17:30, 31) y volverse de su proceder anterior en la vida. (Hechos 3:19.) Luego su amor a Dios debería motivarlo a dedicarse a él. Eso quiere decir que, en privado, mediante una oración personal usted le dice a Dios que se entrega a él para hacer su voluntad. (Mateo 16:24; 22:37.)
2. Después de haber estudiado la Palabra de Dios hasta el punto de dedicarse a él, entonces debe bautizarse. (Mateo 28:19, 20.) El bautismo hace público el hecho de que usted se ha dedicado a Jehová. Por eso solo se bautizan aquellos que tienen suficiente edad para tomar la decisión de servir a Dios. Cuando una persona se bautiza, todo su cuerpo debe estar sumergido en el agua unos instantes. (Marcos 1:9, 10; Hechos 8:36.)
3. Una vez hecha su dedicación, Jehová espera que viva en conformidad con su promesa. (Salmo 50:14; Eclesiastés 5:4, 5.) El Diablo intentará que usted deje de servir a Jehová. (1 Pedro 5:8.) Pero acérquese a Dios en oración. (Filipenses 4:6, 7.) Estudie su Palabra todos los días. (Salmo 1:1-3.) Manténgase unido a la congregación. (Hebreos 13:17.) Si hace todo esto, conseguirá la fortaleza para permanecer fiel a Dios. Podrá hacer lo que Dios exige de usted durante toda la eternidad.
2. Después de haber estudiado la Palabra de Dios hasta el punto de dedicarse a él, entonces debe bautizarse. (Mateo 28:19, 20.) El bautismo hace público el hecho de que usted se ha dedicado a Jehová. Por eso solo se bautizan aquellos que tienen suficiente edad para tomar la decisión de servir a Dios. Cuando una persona se bautiza, todo su cuerpo debe estar sumergido en el agua unos instantes. (Marcos 1:9, 10; Hechos 8:36.)
3. Una vez hecha su dedicación, Jehová espera que viva en conformidad con su promesa. (Salmo 50:14; Eclesiastés 5:4, 5.) El Diablo intentará que usted deje de servir a Jehová. (1 Pedro 5:8.) Pero acérquese a Dios en oración. (Filipenses 4:6, 7.) Estudie su Palabra todos los días. (Salmo 1:1-3.) Manténgase unido a la congregación. (Hebreos 13:17.) Si hace todo esto, conseguirá la fortaleza para permanecer fiel a Dios. Podrá hacer lo que Dios exige de usted durante toda la eternidad.
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