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Quiénes son?

Los testigos de Jehová desean que los conozca mejor. Es posible que ya los haya tratado como vecinos o compañeros de trabajo, o en otro aspecto de la vida cotidiana. Tal vez los haya visto en la calle ofreciendo sus revistas a los transeúntes, o haya conversado brevemente con ellos en la puerta de su casa.

En realidad, los testigos de Jehová se interesan por usted y su bienestar. Quieren ser sus amigos y ofrecerle más información sobre sí mismos, sus creencias, su organización y su parecer sobre la gente y el mundo en el que todos vivimos. Por eso han preparado este folleto para usted.

Los testigos de Jehová son como cualquier otra persona en casi todo aspecto. Tienen los problemas comunes, sean económicos, físicos o emocionales. A veces se equivocan, pues no son perfectos ni infalibles, ni están inspirados por Dios. Sin embargo, tratan de aprender de las experiencias de la vida y estudian a conciencia la Biblia para efectuar los cambios necesarios. Se han dedicado a Dios para hacer Su voluntad, y procuran cumplir con esa dedicación. Buscan para todo la guía de la Palabra de Dios y de Su espíritu santo.

Consideran fundamental que sus creencias estén basadas en la Biblia y no en simples conjeturas o credos religiosos de hombres. Concuerdan con estas palabras que escribió el apóstol Pablo por inspiración divina: “Sea Dios hallado veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso” (Romanos 3:4, Traducción del Nuevo Mundo). Con respecto a las enseñanzas que se presentan como verdades bíblicas, están totalmente de acuerdo con lo que hicieron los bereanos cuando escucharon el mensaje que predicaba el apóstol Pablo: “Recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Los testigos de Jehová creen que toda enseñanza religiosa —la ofrezcan ellos u otras personas— debe someterse a esta prueba de concordancia con las Escrituras inspiradas por Dios. Por eso lo invitan, es más, lo instan a seguir este procedimiento en sus conversaciones con ellos.

De lo anterior se desprende que los testigos de Jehová creen que la Biblia es la Palabra de Dios. Consideran que los 66 libros que la componen están inspirados por Dios y son exactos desde el punto de vista histórico. Para referirse a lo que comúnmente se llama el Nuevo Testamento usan la expresión Escrituras Griegas Cristianas, y al Antiguo Testamento lo denominan las Escrituras Hebreas. Confían tanto en las Escrituras Griegas como en las Hebreas y las interpretan de manera literal, salvo en los casos en los que por el contexto o las expresiones empleadas es obvio que el sentido es figurado o simbólico. Creen que muchas profecías bíblicas ya se han cumplido, algunas se están cumpliendo y otras están por cumplirse.

SU NOMBRE

¿Testigos de Jehová? En efecto, así se autodenominan. Se trata de un nombre descriptivo que indica que dan testimonio de Jehová, su divinidad y sus propósitos. Dios, Señor y Creador —al igual que presidente, rey y general— son títulos que pueden aplicarse a distintos personajes. Jehová, en cambio, es un nombre propio que designa al Dios todopoderoso y Creador del universo. Así lo muestra Salmo 83:18, que, según la versión Reina-Valera (RV) de 1909, dice: “Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra” (véase también la versión católica Torres Amat [82:19]).

El nombre Jehová (o Yavé y variantes de esta forma, como prefieren muchas versiones católicas y algunos biblistas) aparece casi siete mil veces en el texto original de las Escrituras Hebreas. Pero hay versiones que lo reemplazan por los términos Señor y Dios. En algunas de ellas, como La Biblia de las Américas y la Nueva Versión Internacional, el lector normalmente puede determinar cuándo se utiliza Jehová en hebreo, ya que los términos sustitutivos aparecen en versalitas con la inicial en mayúscula (DIOS, SEÑOR). Sin embargo, en la mayoría de las traducciones se emplea el nombre Jehová o Yavé, o variantes de este. La Traducción del Nuevo Mundo, por ejemplo, dice en Isaías 42:8: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre”.

El relato bíblico del que toman su nombre los testigos de Jehová se encuentra en el capítulo 43 de Isaías. En este capítulo se compara la escena mundial a un juicio en el que se invita a los dioses de las naciones a que presenten testigos para demostrar que han obrado con justicia, tal como alegan, o a que escuchen a los testigos que defienden el lado de Jehová y reconozcan la verdad. En ese contexto, él declara a su pueblo: “Vosotros sois mis testigos [...] y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:10, 11, RV, 1960).

Jehová Dios tuvo testigos en la Tierra a lo largo de los milenios que antecedieron al nacimiento de Jesús. En el capítulo 11 de Hebreos encontramos una lista de algunos de estos hombres de fe, y a continuación leemos en Hebreos 12:1: “Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”. Jesús dijo ante Poncio Pilato: “Para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad”. Las Escrituras lo llaman “el testigo fiel y verdadero” (Juan 18:37; Revelación [Apocalipsis] 3:14). Jesús aseguró a sus discípulos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8).

Por lo tanto, los aproximadamente seis millones de personas que hoy difunden en más de doscientos treinta países las buenas nuevas del Reino de Jehová dirigido por Jesucristo, creen que llevan con propiedad el nombre de testigos de Jehová.

Sus comienzos y su crecimiento en tiempos modernos

LA HISTORIA moderna de los testigos de Jehová comenzó hace más de un siglo. A principios de la década de 1870 se formó un pequeño círculo de estudio de la Biblia en Allegheny, que hoy forma parte de Pittsburgh (Pensilvania, E.U.A.). El promotor del grupo era Charles Taze Russell. En julio de 1879 se publicó el primer número de la revista Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (ahora conocida en español como La Atalaya). De aquel grupito surgieron muchas congregaciones, y en 1880 ya había un gran número en los estados vecinos. En 1881 se creó la entidad Zion’s Watch Tower Tract Society, que se constituyó legalmente en 1884 con Russell como primer presidente. Más adelante se le cambió el nombre por el de Watch Tower Bible and Tract Society (a la que llamaremos Sociedad de aquí en adelante). Por aquel entonces, muchos daban testimonio de casa en casa y ofrecían publicaciones bíblicas. En 1888, unas cincuenta personas realizaban esta obra a tiempo completo; hoy la cifra ha ascendido a unas setecientas mil en todo el mundo.

En 1909, cuando la obra ya había alcanzado proyección internacional, la sede de la Sociedad se trasladó a Brooklyn (Nueva York), donde aún permanece. Se empezaron a publicar sermones bíblicos en distintos periódicos simultáneamente. En 1913 se editaban en cuatro idiomas en 3.000 periódicos de Estados Unidos, Canadá y Europa. Para ese año se habían distribuido cientos de millones de libros, folletos y tratados.

En 1912 se inició la preparación del “Foto-Drama de la Creación”, programa de diapositivas y películas sonoras que abarcaba desde la creación hasta el fin del Reinado Milenario de Cristo. Las primeras proyecciones, que tuvieron lugar en 1914, registraron 35.000 asistentes diarios. El “Foto-Drama” fue una producción pionera en el campo del cine sonoro.

EL AÑO 1914

Se acercaba un año crucial. En el número de octubre de 1876 de la revista Bible Examiner (editada en Brooklyn), el estudiante de la Biblia C. T. Russell publicó el artículo “¿Cuándo terminan los tiempos de los gentiles?”. En la página 27 respondió: “Los siete tiempos terminarán en 1914 d.C.”. (Los tiempos de los gentiles, o siete tiempos, se denominan en una versión bíblica “los tiempos señalados de las naciones” [Lucas 21:24].) Aunque en 1914 no sucedió todo lo esperado, aquel año marcó, en efecto, el fin de los tiempos de los gentiles y tuvo una gran trascendencia. Muchos historiadores y comentaristas coinciden en que en 1914 se produjo un cambio crucial en la historia, como muestran las siguientes citas:

“El último año totalmente ‘normal’ de la historia fue 1913, el año anterior al estallido de la I Guerra Mundial.” (Editorial del Times-Herald, de Washington, D.C., 13/3/1949.)

“Cada vez más historiadores ven el período de setenta y cinco años que va de 1914 a 1989 y que comprendió las dos guerras mundiales y la Guerra Fría como una época única y diferenciada, un período singular en el que gran parte del mundo participó en la guerra, se estaba recuperando de ella o se preparó para ella.” (The New York Times, 7/5/1995.)

“El mundo entero estalló hacia el inicio de la I Guerra Mundial, y aún no sabemos por qué. Antes de ese conflicto se creía que la utopía pronto iba a hacerse realidad. Había paz y prosperidad. De repente, todo voló en pedazos. Desde entonces, la humanidad tiene el alma en vilo [...]. Jamás en la historia se ha matado a tantas personas como en este siglo.”—Doctor Walker Percy, American Medical News, 21/11/1977.

Más de cincuenta años después de 1914, el estadista alemán Konrad Adenauer escribió: “La seguridad y la tranquilidad desaparecieron de la vida de los hombres en 1914” (The West Parker, Cleveland [Ohio], 20/1/1966).

El primer presidente de la Sociedad, C. T. Russell, murió en 1916, y al año siguiente le sucedió Joseph F. Rutherford. A partir de entonces hubo muchos cambios. Empezó a publicarse una revista hermana de La Torre del Vigía, llamada The Golden Age. (Ahora se conoce en español como ¡Despertad!, y tiene una tirada de más de veinte millones de ejemplares en más de ochenta idiomas.) También se dio mayor énfasis a la predicación de casa en casa. Para distinguirse de las religiones de la cristiandad, en 1931 estos cristianos adoptaron el nombre de testigos de Jehová, basado en Isaías 43:10-12.

En la década de los veinte y los treinta, la radiodifusión cobró gran auge. En 1933, la Sociedad transmitía discursos bíblicos por 403 emisoras de radio. Posteriormente, los Testigos fueron aumentando las visitas de casa en casa provistos de fonógrafos portátiles que reproducían los discursos, y este método de predicación fue sustituyendo al uso de la radio. Cuando una persona se interesaba en la verdad bíblica, comenzaban a estudiar las Escrituras con ella en su hogar.

VICTORIAS EN LOS TRIBUNALES

Durante los años treinta y cuarenta se arrestó a muchos Testigos por realizar su obra de evangelizar, y estos acudieron a los tribunales para defender la libertad de expresión, prensa, reunión y religión. En Estados Unidos apelaron contra las sentencias de tribunales inferiores ante el Tribunal Supremo del país y ganaron 43 procesos. Los tribunales supremos de otros países también han fallado en su favor. El profesor C. S. Braden dijo en su libro These Also Believe con respecto a sus victorias judiciales: “Han prestado un servicio notable a la democracia con su lucha por sus derechos civiles, porque esta ha contribuido considerablemente a garantizar esos derechos para todas las minorías de Estados Unidos”.

PROGRAMAS DE CAPACITACIÓN

J. F. Rutherford murió en 1942, y le sucedió en la presidencia N. H. Knorr. Con él se inició un programa de capacitación. En 1943 se abrió una escuela de formación misional, la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, cuyos graduados han sido enviados por toda la Tierra. Se han formado nuevas congregaciones en países en los que no había ninguna, y ya se han establecido más de cien sucursales en todo el mundo. De vez en cuando se organizan cursos especiales para capacitar a los ancianos de congregación, los trabajadores voluntarios de las sucursales y los precursores (evangelizadores a tiempo completo). En un centro educativo situado en Patterson (Nueva York) se imparten, además, una serie de cursos de instrucción especializada para ministros religiosos.

N. H. Knorr murió en 1977. Uno de los últimos cambios de organización que promovió antes de su muerte fue la ampliación del Cuerpo Gobernante, que reside en Brooklyn, en la sede mundial de la organización. En 1976 se dividieron las responsabilidades administrativas entre diversos comités compuestos por miembros del Cuerpo Gobernante, todos los cuales son ministros con muchos decenios de experiencia.

AMPLIACIÓN DE LAS INSTALACIONES

La historia moderna de los testigos de Jehová está repleta de sucesos sorprendentes. El pequeño grupo de estudio de la Biblia que se formó en Pensilvania en 1870 ha crecido hasta convertirse en 90.000 congregaciones en el año 2000. Al principio encargaban la impresión de todas sus publicaciones a empresas comerciales, pero en 1920 empezaron a imprimir ellos mismos parte de sus obras en locales industriales alquilados. De 1927 en adelante realizaron dicha labor en una fábrica de ocho pisos situada en Brooklyn, propiedad de Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc., y la producción de publicaciones aumentó considerablemente. En la actualidad cuentan con varios edificios fabriles y un complejo de oficinas. Otros edificios situados en los alrededores alojan a los ministros religiosos que trabajan como voluntarios en esas instalaciones. Por otra parte, en el norte del estado de Nueva York, cerca de la población de Wallkill, poseen una combinación de granja e imprenta. En ese lugar se imprimen las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y se produce parte de los alimentos que consumen los voluntarios que sirven en las distintas instalaciones. Todos los voluntarios reciben un pequeño reembolso mensual por gastos personales.

ASAMBLEAS INTERNACIONALES

En 1893 celebraron en Chicago (Illinois, E.U.A.) su primera gran asamblea, en la que hubo 360 asistentes y se bautizaron 70 nuevos Testigos. La última asamblea internacional celebrada en una sola ciudad tuvo lugar en 1958 en Nueva York. Para ella se utilizaron el Estadio Yankee y el desaparecido Polo Grounds. La asistencia máxima fue de 253.922 personas, y hubo 7.136 nuevos bautizados. Desde entonces, el programa de las asambleas internacionales se presenta en una serie de convenciones celebradas en muchos países. En total pueden tener lugar mil asambleas por todo el planeta.

¿Qué creen?

LOS testigos de Jehová creen en el Dios todopoderoso, Jehová, el Creador de los cielos y la Tierra. La misma existencia de las maravillas de complejo diseño que observamos en el universo, nos lleva a la conclusión lógica de que fueron obra de un Creador sumamente inteligente y poderoso. Tal como las obras de los seres humanos reflejan sus cualidades, así lo hacen las de Jehová Dios. La Biblia nos dice que “las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas”. Además, sin voz ni palabras, “los cielos están declarando la gloria de Dios” (Romanos 1:20; Salmo 19:1-4).

El hombre no moldea vasijas de arcilla ni fabrica televisores ni computadoras sin un propósito en particular. En comparación, la Tierra y la creación vegetal y animal son obras mucho más prodigiosas. Nuestra mente no alcanza a comprender del todo el funcionamiento del cuerpo humano, con sus billones de células; el propio cerebro, el asiento del intelecto, es de una complejidad incomprensible. Si los hombres realizan sus inventos, que son relativamente insignificantes, con un propósito, sin duda Jehová Dios también creó sus impresionantes obras con una finalidad. Proverbios 16:4 lo confirma al decir: “Todo lo ha hecho Jehová para su propósito”.

Jehová creó la Tierra con un objetivo, como indicó a la primera pareja humana: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra [...], y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28). Al desobedecer a Dios, no pudieron llenar la Tierra de familias justas que cuidaran bien el planeta, con su fauna y flora. Pero su fracaso no significa que el propósito de Jehová se haya frustrado. Miles de años más tarde se escribió: “Dios [...], el Formador de la tierra [...,] no la creó sencillamente para nada”. “La formó aun para ser habitada.” No será destruida, pues “la tierra para siempre permanece” (Isaías 45:18; Eclesiastés 1:4, Biblia de Jerusalén, 1975). El propósito de Dios para la Tierra se realizará: “Mi propio consejo subsistirá, y todo lo que es mi deleite haré” (Isaías 46:10).

Por lo tanto, los testigos de Jehová creen que nuestro planeta existirá para siempre y se convertirá en un paraíso, donde podrán vivir eternamente todas las personas —las que estén vivas y las que resuciten— que actúen en armonía con el propósito de Jehová. Todos los seres humanos hemos heredado la imperfección de Adán y Eva, de modo que somos pecadores (Romanos 5:12). La Biblia nos dice: “El salario que el pecado paga es muerte”. “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto.” “El alma que peca... ella misma morirá.” (Romanos 6:23; Eclesiastés 9:5; Ezequiel 18:4, 20.) Entonces, ¿cómo pueden volver a la vida los muertos para beneficiarse de las bendiciones terrenales? Gracias únicamente al sacrificio redentor de Cristo Jesús, pues él afirmó: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir”. “Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29; 11:25; Mateo 20:28.)

¿Cómo se cumplirá esta promesa? La respuesta se encuentra en “las buenas nuevas del reino”, que Jesús empezó a proclamar cuando estuvo en la Tierra (Mateo 4:17-23). Los testigos de Jehová predican hoy esas buenas nuevas de manera muy especial.

[Tabla de la página 13]

(Véase la publicación para ver el texto completo)

CREENCIAS DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Creencia Razón bíblica

La Biblia es la Palabra de Dios 2 Tim. 3:16, 17;
y es la verdad 2 Ped. 1:20, 21; Juan 17:17

La Biblia es más confiable Mat. 15:3; Col. 2:8
que la tradición

El nombre de Dios es Jehová Sal. 83:18; Isa. 26:4; 42:8,
RV, 1960; Éxo. 6:3

Cristo es el Hijo de Dios Mat. 3:17;
y es inferior a él Juan 8:42; 14:28; 20:17;
1 Cor. 11:3; 15:28

Cristo fue la primera creación Col. 1:15; Rev. 3:14
de Dios

Cristo murió en un madero, Gál. 3:13; Hech. 5:30
no en una cruz

Cristo ofreció su vida humana Mat. 20:28; 1 Tim. 2:5, 6;
como rescate por las personas 1 Ped. 2:24
obedientes

Con el sacrificio de Jesús Rom. 6:10; Heb. 9:25-28
fue suficiente

Cristo fue levantado de entre los 1 Ped. 3:18; Rom. 6:9;
muertos como espíritu inmortal Rev. 1:17, 18

La presencia de Cristo Juan 14:19; Mat. 24:3;
es espiritual 2 Cor. 5:16; Sal. 110:1, 2

Ahora estamos en el ‘tiempo Mat. 24:3-14; 2 Tim. 3:1-5;
del fin’ Luc. 17:26-30

El Reino en manos de Cristo Isa. 9:6, 7; 11:1-5;
gobernará la Tierra con Dan. 7:13, 14; Mat. 6:10
justicia y paz

El Reino producirá condiciones Sal. 72:1-4;
de vida idóneas en la Tierra Rev. 7:9, 10, 13-17; 21:3, 4

La Tierra nunca será destruida Ecl. 1:4; Isa. 45:18;
ni quedará despoblada Sal. 78:69

Dios destruirá el sistema de Rev. 16:14, 16; Sof. 3:8;
cosas actual en la batalla de Dan. 2:44;
Har–Magedón Isa. 34:2; 55:10, 11

Los malvados serán aniquilados Mat. 25:41-46; 2 Tes. 1:6-9
para siempre

Las personas aprobadas por Dios Juan 3:16; 10:27, 28; 17:3;
recibirán vida eterna Mar. 10:29, 30

Solo hay un camino que conduce Mat. 7:13, 14; Efe. 4:4, 5
a la vida

La muerte humana se debe al Rom. 5:12; 6:23
pecado de Adán

El alma humana deja de existir Eze. 18:4; Ecl. 9:10;
en el momento de la muerte Sal. 6:5; 146:4; Juan 11:11-14

El infierno es la sepultura Job 14:13, Scío;
común de la humanidad Rev. [Apoc.] 20:13, 14, RV,
1909

La esperanza para los muertos 1 Cor. 15:20-22;
es la resurrección Juan 5:28, 29; 11:25, 26

La muerte adánica terminará 1 Cor. 15:26, 54; Rev. 21:4;
Isa. 25:8

Solo un pequeño rebaño de Luc. 12:32; Rev. 14:1, 3;
144.000 personas va al cielo 1 Cor. 15:40-53; Rev. 5:9, 10
para gobernar con Cristo

Los 144.000 nacen de nuevo 1 Ped. 1:23; Juan 3:3;
como hijos espirituales de Dios Rev. 7:3, 4

El nuevo pacto se hizo con Jer. 31:31; Heb. 8:10-13
el Israel espiritual

La congregación de Cristo Efe. 2:20; Isa. 28:16;
se edifica sobre él Mat. 21:42

Las oraciones deben dirigirse Juan 14:6, 13, 14; 1 Tim. 2:5
solo a Jehová por medio de Cristo

No deben usarse imágenes Éxo. 20:4, 5; Lev. 26:1;
religiosas 1 Cor. 10:14; Sal. 115:4-8

Debe evitarse el espiritismo Deu. 18:10-12; Gál. 5:19-21;
Lev. 19:31

Satanás es el gobernante 1 Juan 5:19; 2 Cor. 4:4;
invisible del mundo Juan 12:31

El cristiano no debe participar 2 Cor. 6:14-17; 11:13-15;
en movimientos ecuménicos Gál. 5:9; Deu. 7:1-5

El cristiano debe mantenerse Sant. 4:4; 1 Juan 2:15;
separado del mundo Juan 15:19; 17:16

Hay que obedecer las leyes Mat. 22:20, 21;
humanas que no estén en pugna 1 Ped. 2:12; 4:15
con las de Dios

Introducir sangre en el cuerpo Gén. 9:3, 4; Lev. 17:14;
por la boca o las venas viola Hech. 15:28, 29
las leyes divinas

Deben obedecerse las leyes 1 Cor. 6:9, 10; Heb. 13:4;
bíblicas sobre la moralidad 1 Tim. 3:2; Pro. 5:1-23

La ley del sábado se dio solo Deu. 5:15; Éxo. 31:13;
a Israel y fue abolida junto Rom. 10:4; Gál. 4:9, 10;
con la Ley mosaica Col. 2:16, 17

No debe haber una clase Mat. 23:8-12; 20:25-27;
clerical ni deben usarse Job 32:21, 22
títulos especiales

El hombre no evolucionó; Isa. 45:12;
fue creado Gén. 1:27; Mat. 19:4

Debe servirse a Dios siguiendo 1 Ped. 2:21; Heb. 10:7;
el ejemplo de Cristo Juan 4:34; 6:38

El bautismo por inmersión Mar. 1:9, 10; Juan 3:23;
completa simboliza la dedicación Hech. 19:4, 5
a Dios

Los cristianos dan testimonio Rom. 10:10; Heb. 13:15;
público de la verdad bíblica Isa. 43:10-12
de buena gana

Preguntas que suelen hacer las personas interesadas

Si Dios es amor, ¿por qué permite la maldad?

EN EFECTO, Dios permite la maldad, y millones de seres humanos la practican deliberadamente. Por ejemplo, declaran guerras, matan a niños en los bombardeos, arrasan los terrenos y provocan hambres. Millones fuman y contraen cáncer de pulmón, cometen adulterio y se contagian de enfermedades de transmisión sexual, abusan del alcohol y enferman de cirrosis, por citar algunos casos. Tales personas no desean realmente que se elimine la maldad, sino, más bien, sus consecuencias. Cuando recogen lo que han sembrado, preguntan indignadas: “¿Por qué yo?”, y culpan a Dios. Como dice Proverbios 19:3, “la necedad del hombre malogra sus empresas y luego su corazón se irrita contra Dios” (Pontificio Instituto Bíblico). Por otra parte, si Dios les impidiera seguir practicando el mal, protestarían por la pérdida de libertad.

Jehová permite la maldad principalmente para responder al desafío de Satanás el Diablo. Este alegó que Dios no podía tener a hombres en la Tierra que fueran leales a Él bajo prueba (Job 1:6-12; 2:1-10). Jehová consiente que siga con vida para darle la oportunidad de que pruebe su afirmación (Éxodo 9:16). En su afán por demostrar que tiene razón, el Diablo sigue hoy causando dificultades para que el hombre se vuelva contra Dios (Revelación 12:12). No obstante, al igual que Job y Jesús, los cristianos verdaderos de la actualidad se mantienen íntegros (Job 27:5; 31:6; Mateo 4:1-11; 1 Pedro 1:6, 7).

Quisiera creer en un Paraíso terrenal en el que se vivirá para siempre, pero ¿no es demasiado bueno para ser verdad?

No, según la Biblia. La única razón por la que parece demasiado bueno para ser verdad es que la humanidad vive en condiciones penosas desde hace muchos siglos. Jehová creó la Tierra y mandó a la primera pareja que la llenara de hombres y mujeres justos, personas que cuidaran de la vida vegetal y animal del planeta y conservaran la belleza de este, no que lo destruyeran (véanse las págs. 12, 17). Así pues, la promesa del Paraíso no es tan buena que resulte increíble; lo que sí resultaría increíble sería que las deplorables condiciones de nuestros días se toleraran indefinidamente. Por ello, el Paraíso las reemplazará.

¿Cómo puedo responder a los que se burlan de la Biblia y dicen que está llena de mitos y que carece de rigor científico?

No es credulidad lo que motiva a tener fe en estas promesas. “La fe sigue a lo oído.” Al estudiar la Palabra de Dios, su sabiduría se hace patente y la fe aumenta (Romanos 10:17; Hebreos 11:1).

La arqueología bíblica confirma la exactitud de gran parte de los relatos históricos de las Escrituras. Además, la ciencia verdadera armoniza con la Biblia. Mucho antes de que los científicos lo descubrieran, esta ya indicaba el orden de las etapas por las que pasó nuestro planeta, que la Tierra es redonda, que cuelga de la nada en el espacio y que las aves realizan viajes migratorios (Génesis, capítulo 1; Isaías 40:22; Job 26:7; Jeremías 8:7).

El cumplimiento de las profecías demuestra que la Biblia es inspirada por Dios. Daniel predijo el ascenso y la caída de potencias mundiales, así como el año de la llegada y el de la muerte del Mesías (Daniel, capítulos 2, 8; 9:24-27). Hoy se están cumpliendo otras profecías, las cuales indican que vivimos en “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-5; Mateo, capítulo 24). El hombre no posee tal presciencia (Isaías 41:23). Encontrará más argumentos en los libros La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre? y ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?, editados por Watchtower Bible and Tract Society.

¿Qué tengo que hacer para poder contestar preguntas sobre la Biblia?

Estudiarla, meditar sobre su contenido y, a la vez, pedir a Dios que Su espíritu lo guíe (Proverbios 15:28; Lucas 11:9-13). “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría —dice la Biblia—, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada.” (Santiago 1:5.) También vale la pena consultar publicaciones para el estudio de la Biblia. Por lo general se necesita asimismo la ayuda de otras personas, como la que Felipe ofreció a un etíope (Hechos 8:26-35). Los testigos de Jehová dan cursos bíblicos gratuitos a domicilio a quienes les interesa. Puede solicitar dicho servicio cuando desee.

¿Por qué se oponen tantas personas a los testigos de Jehová y me dicen que no estudie con ellos?

Jesús encontró oposición cuando predicaba, y dijo que a sus seguidores les ocurriría lo mismo. En una ocasión, ciertos hombres quedaron impresionados con la enseñanza de Jesús, y los opositores religiosos les dijeron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad?” (Juan 7:46-48; 15:20). Muchas personas que le aconsejan dejar de estudiar con los Testigos, o no están bien informadas, o tienen prejuicios. Estudie con ellos y vea por sí mismo si aumenta su conocimiento de la Biblia o no (Mateo 7:17-20).

¿Por qué visitan los Testigos a gente que ya tiene su religión?

Porque siguen el ejemplo de Jesús. Él predicó a los judíos, quienes tenían una religión, aunque en muchos aspectos esta se había desviado de la Palabra de Dios (Mateo 15:1-9). En todas las naciones se practica algún tipo de religión, se llame o no cristiana. Sin embargo, es esencial que las creencias personales estén en conformidad con la Palabra de Dios, de modo que la ayuda que los Testigos brindan a la gente con ese fin constituye una muestra de amor al prójimo.

¿Creen los Testigos que la única religión verdadera es la suya?

Toda persona que tome en serio su religión debería creer que es la verdadera. ¿Por qué practicarla si no fuera así? La Biblia aconseja a los cristianos: “Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que es excelente” (1 Tesalonicenses 5:21). Uno debe asegurarse de que sus creencias están fundadas en la Biblia, ya que solo existe una fe verdadera. Efesios 4:5 lo confirma al hablar de “un Señor, una fe, un bautismo”. Jesús no aprobaba la opinión liberal, tan común en nuestros días, de que hay muchos caminos, muchas religiones, y todos llevan a la salvación. Dijo, más bien: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan”. Los testigos de Jehová creen que la han encontrado. Si no fuera así, buscarían otra religión (Mateo 7:14).

¿Creen que son los únicos que se salvarán?

No. Millones de personas que vivieron en siglos pasados y que no eran testigos de Jehová resucitarán y recibirán la oportunidad de obtener la vida. Muchas que están vivas ahora pueden ponerse de parte de la verdad y la justicia antes de la “gran tribulación” y así salvarse. Además, Jesús dijo que no debemos juzgar al prójimo. Nosotros vemos la apariencia; Dios ve el corazón. Él conoce todos los factores y juzga con misericordia. Ha dejado el juicio en las manos de Jesús, no en las nuestras (Mateo 7:1-5; 24:21; 25:31).

¿Qué contribuciones monetarias se esperan de los que asisten a las reuniones de los testigos de Jehová?

El apóstol Pablo dijo con respecto a las contribuciones monetarias: “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7). Ni en los Salones del Reino ni en los lugares donde celebran las asambleas los testigos de Jehová se hacen jamás colectas. Solo se colocan cajas para que ofrezcan sus donativos aquellos que así lo deseen. Nadie sabe ni quiénes contribuyen ni la cantidad contribuida. Algunos pueden aportar más que otros; tal vez haya quienes no puedan dar nada. Jesús mostró el debido criterio a este respecto en un comentario que hizo sobre los que contribuían en las arcas de la tesorería de Jerusalén. Indicó que lo importante no es la cantidad de dinero que se ofrece, sino las posibilidades de la persona y el espíritu con el que da (Lucas 21:1-4).

Si me hago testigo de Jehová, ¿tendré que predicar como ellos?

Cuando la promesa del Paraíso terrestre bajo la dominación del Reino de Cristo llega al corazón de la persona, esta se siente impulsada a hablar de ello, pues es una buena noticia. A usted le sucederá lo mismo (Hechos 5:41, 42).

La participación en la obra de predicar es una de las principales pruebas de que se es discípulo de Jesucristo. La Biblia llama a este “el testigo fiel y verdadero”. Cuando estuvo en la Tierra, Jesús predicó el mensaje: “El reino de los cielos se ha acercado”, y dijo a sus discípulos que hicieran lo mismo (Revelación 3:14; Mateo 4:17; 10:7). Posteriormente les mandó: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles”. También predijo que antes del fin, “estas buenas nuevas del reino se [predicarían] en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones” (Mateo 24:14; 28:19, 20).

Hay muchas formas de anunciar las buenas nuevas. A menudo se presenta la oportunidad de hacerlo en conversaciones con amigos y conocidos. Hay quienes predican por carta o por teléfono. Otros envían por correo a sus conocidos ciertas publicaciones que piensan que pueden interesarles. Y como no desean pasar por alto a nadie, los Testigos llevan el mensaje de casa en casa.

La Biblia contiene esta afectuosa invitación: “El espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida” (Revelación 22:17). El testimonio acerca del Paraíso terrestre y de sus bendiciones debe darse por voluntad propia, porque se tenga el vivo deseo de hablar de las buenas nuevas.

Estamos seguros de que tiene más preguntas sobre los testigos de Jehová y sus creencias. Algunas pudieran ser de naturaleza polémica. Por falta de espacio, no podemos contestarlas aquí todas como quisiéramos, de modo que lo invitamos a plantearlas a los Testigos de su localidad, bien en el Salón del Reino, bien cuando lo visiten en su hogar.

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